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Cómo realizar la exfoliación facial

¿Sabías que hay algunos trucos imprescindibles para conseguir un rostro luminoso y fresco? 
Uno de ellos es la exfoliación facial, que si la incluyes en tu rutina de belleza te dará grandes satisfacciones y resultados.
De hecho, con una exfoliación adecuada podrás tener una piel más limpia y, por lo tanto, mucho más luminosa. Y después puedes realzar aún más tu belleza con un poco de maquillaje.
Pero empecemos por lo básico: ¿qué significa la exfoliación? Se trata de un tratamiento estético que puedes realizar en la comodidad de tu hogar. Necesitarás un paño templado, un buen exfoliante y unos pocos minutos. La exfoliación elimina del rostro la capa superficial de la epidermis compuesta por células muertas, restos de maquillaje, smog e impurezas.

¿Por dónde empezar para realizar una buena exfoliación? Te ayudaremos con los pasos y algunos consejos prácticos.
1.    Empieza por recogerte el cabello: si lo tienes muy largo, recógelo dentro de una toalla. ¿Tienes flequillo o copete? La cinta para el cabello es tu solución: con ella puesta, puedes olvidarte de los mechones rebeldes durante tu rutina de cuidado de la piel.

•    El segundo paso consiste en abrir los poros de la piel: utilizar un paño húmedo y caliente, colocarlo sobre el rostro y dar unos toques a la piel. 

2.    Limpiar la cara con el producto de acción limpiadora KIKO MILANO que prefieras y que utilices cada día para cuidar tu piel.

3.    Ahora puedes utilizar el producto exfoliante, como nuestro scrub exfoliante alisador. Su textura en gel te ayudará a eliminar los restos de maquillaje o impurezas de la piel y, gracias al polvo de arroz y a la piedra pómez, que realizarán una suave exfoliación, ¡conseguirás una piel supersuave y limpia! 
Masajear con suaves movimientos circulares durante unos 30 segundos con las manos por toda la superficie del rostro y, a continuación, retirar suavemente con agua tibia. 
Durante esta operación, no aplicar el producto en el contorno de los ojos, ya que se trata de una zona muy delicada que requiere una atención específica.

4.    Aclarar el rostro con agua tibia para eliminar los restos de producto. Por último, utilizar un tónico suave que te ayudará a cerrar los poros o pasar agua fría por el rostro.

5.    Secar la piel dando ligeros toques con una toalla suave y limpia. No frotar la toalla sobre la piel, ya que es mucho más sensible después de este tipo de tratamiento.
Puede que ahora te estés preguntando con qué frecuencia hay que realizar el tratamiento: básicamente, una vez a la semana, preferiblemente por la noche, será más que suficiente.

6.    La atención a la piel nunca está de más, sobre todo después de someterse a un tratamiento como la exfoliación que tiende a eliminar su capa superficial. Cuídala con una crema hidratante y recuerda protegerla con un producto de protección solar adecuado a tu fototipo si te expones al sol. 

Por otro lado, si no tienes mucho tiempo pero necesitas una exfoliación rápida, ¡que no cunda el pánico! Tenemos una solución para ti que podrás tener siempre a mano. Las prácticas toallitas exfoliantes, perfectas para llevarlas en el bolso o la mochila y utilizarlas cuando y donde quieras, sobre todo si estás de viaje pero no quieres renunciar a una piel espectacular. Una pasada por el rostro y asunto arreglado.
Fíjate bien en la toallita: en una cara encontrarás microrrelieves adecuados para la exfoliación, mientras que con la otra cara, la lisa, podrás refrescar y acariciar la piel. 
Se recomienda aclarar el rostro después de su uso y, como siempre, pensar en hidratar la piel con una buena crema hidratante (o con protección solar).

Algunas sugerencias y curiosidades

•    Ten cuidado de no utilizar el exfoliante en las zonas donde tengas un pequeño roce, una herida o una quemadura. Espera unos días o evita exfoliar esa zona.

•    Si te encuentras en un periodo más estresante, recuerda cuidar mejor tu piel, con una buena exfoliación, ¡pero también con unas buenas mascarillas energizantes!

•    El exfoliante, que gusta a todos y es imprescindible a cualquier edad, está especialmente indicado para las pieles jóvenes. Combinado con una buena crema hidratante es el secreto no tan secreto de una piel fresca y radiante.
 
•    Existen exfoliantes labiales específicos que son ideales para aportar tersura a los labios y dejarlos suaves. Puedes elegir entre el práctico exfoliante delicado para labios en stick o un exfoliante y bálsamo para labios juntos.

•    Incluso tus uñas pueden necesitar un scrub exfoliante, o más bien las cutículas, así que prueba la pluma de tratamiento exfoliante para cutículas con aceite de Kukui: te ayudará a eliminar las impurezas de tus cutículas y las dejará suaves.

Exfoliante y scrub: ¿cuál es la diferencia?

¿Crees que es una de esas preguntas de trivial y no tienes ni idea de qué responder?
Por scrub, o, mejor dicho, scrubbing, se entiende el movimiento circulatorio con el que se realiza la exfoliación. De hecho, puedes incluso hacer un scrub con esponjas especiales o productos alisadores.
Puedes encontrar scrubs con ingredientes naturales y textura granulada, que te permiten maximizar el masaje circular y así realizar una verdadera exfoliación.
También existen tipos particulares de exfoliación, como el peeling o el gommage, realizados con productos que contienen ácidos particulares (ácido glicólico, ácido salicílico, ácido láctico) útiles para eliminar de forma más eficaz las células muertas.
Un simple masaje con la esponja facial konjac limpiadora y exfoliante será suficiente para realizar una suave exfoliación del rostro todos los días: es delicada y muy cómoda de usar.
¿Un producto imprescindible en tu rutina de belleza que pondrá la guinda al pastel y se adaptará a todo tipo de pieles gracias a su textura media fina? ¡El scrub exfoliante y alisador!

Las nuevas aventuras te están esperando, prepara tu piel y haz que resplandezca como se merece.